La vida siempre nos pondrá de
frente, no importa hacia dónde mires ni en qué tierra abandonarás tus zapatos.
Existe un más allá, un hábito de existencia que nos eterniza el aliento.
Dialogaremos otra vez aunque nos
cubra el mar, los dioses soplarán las velas para impulsarnos a islas
misteriosas, cíclopes hambrientos desprenderán nuestras cabezas y las brujas encantadas
nos ataran al mástil del regreso, nada cambiará del todo. Tú seguirás siendo un
marino que se enfrenta a las ruinas de guerras pasadas, yo seguiré rastreando las
huellas de las bestias y el perfume de los duendes.
Fieles a los principios que damos
por absolutos, nos taparemos el rostro con las manos del espanto y en la risa
sembraremos árboles en flor. Seremos violentos, seremos la paz. La naturaleza será
la misma y en ella entraremos desnudos hasta que las tentaciones nos disfracen
de luto. Perderemos el pudor, nos
esconderemos en el pudor, seguiremos siendo contradictorios. Usaremos la
palabra inapropiada, el vocablo perfecto, el insulto procaz, la expresión
refinada. Tendremos ojos y seremos ciegos, manos que cultivarán jardines y
gestos que los destruirán, piernas para alcanzar la cima y pasos que nos
despeñarán.
El
mundo se habrá partido en pedazos que serán estrellas a la deriva. Quieras o no estaremos
de frente otra vez, no importa dónde, es la ley de la vida.
C.
K. Aldrey
01-30-2014
Foto
y Digital: C. K. Aldrey
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