El número siete es cabalístico y la
historia está llena de ejemplos que no voy a mencionar porque son más que conocidos,
pero existe un siete del que solo se habla de manera dispersa y se me ha ocurrido
convocarlo a un listado que nombraré “Las siete herencias fundamentales de los regímenes
totalitarios a los pueblos”. Si bien estas “herencias” se encuentran a lo largo
y ancho de todas las naciones y culturas desde tiempos remotos, las sociedades
que han sufrido el despotismo y la represión, especialmente por décadas, las
han vivido/asumido/incorporado multiplicadas por siete (7x7), de modo que el
resultado de esa multiplicación recoge un enrevesado espectro de características
tales como inestabilidad, neurosis, oportunismo y amoralidad, entre otros de
los tantos desastres.
Por supuesto, el número en sí es
solo una manera de situar hechos dentro de un contexto teórico, algo así como
subir lentamente una escalera de siete peldaños mientras se nombran las ideas.
El 7 es creación de mi buen sentido del humor (no, en nada tiene que ver con el
trasero, lo juro, aunque visto objetivamente pudiera ser), o quizás de esa
parte de mí que siempre indaga en los aspectos esotéricos del universo.
Se me ocurrió pensar en ese listado
después de un hecho inesperado sucedido hace dos semanas atrás, y a pesar de que
no tenía nada que ver conmigo, me situé en un escenario donde me veía desde la
platea y podía observar cada detalle de mi comportamiento, me resultaba más
fácil y hasta cómodo estar en el lugar de la otra persona, que enfocar con
sentido crítico su actuación desde mi Yo visceral espectador. Conclusión: que nadie
de los que hemos sido víctimas de dictaduras, ya sean de derechas como de
izquierdas como de ombligo –punto referencial de la ambigüedad política- se
libra de alguno, algunos o todos los aspectos del listado, y si de consuelo
sirve, lo encabezaré como un detalle cortés luego de haber descubierto que no
estoy exenta de tan honorable hecatombe.
No sé si agradecerle al responsable
de nuestra historia clínica –ya saben, el neurótico número uno de la nación
cubana al que llamo “el innombrable” para evitar escalofríos, diarreas y
jaquecas- por haberme brindado la oportunidad de parlotear lo que me dé la gana
desde una tribuna libre, o si sentarme en el toilette a recordar sus
ancestros mientras contamino el medioambiente, pero de una cosa sí estoy
segura, y es que para restar el 7x7=49 tendrían que suceder muchísimas cosas
importantes que al parecer aún no se divisan en el ancho horizonte de las
probabilidades, al menos en la isla de Cuba.
Espero de corazón que las
matemáticas no se agiten demasiado y llegue el momento que la multiplicación
sea elevada a la enésima potencia, muy por el contrario, me encantaría poder
crear un listado menos pesimista que nos sitúe en una escala de valores más
balanceada.
Y a continuación el *listado:
1-Delirio de persecución
2-Inseguridad emocional
3-Aislamiento social
4-Perturbaciones angustiosas
5-Pasiones irascibles y concupiscibles
6-Trastornos obsesivos-compulsivos
7-Síndrome de Pinocho (mi aportación a la Paradoja de Epiménides)
*Por supuesto, existen muchas
variantes y sobradas herencias negativas, pero solamente he mencionado las más
predominantes.
C. K. Aldrey
07-26-2013
(Con fecha, porque si aún estoy viva
dentro de X tiempo, me gustaría regresar para corroborar si las cifras han variado).
Photo: Ceo Thinks
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